La Fundación Parque Tecnológico Itaipú (PTI) firmó un convenio con la binacional para el desarrollo del proyecto de seguridad alimentaria de comunidades campesinas e indígenas. La entidad debe desembolsar US$ 3 millones, de los cuales solo US$ 1 millón se destina a la compra de semillas a ser distribuidas a los beneficiarios, mientras que el resto del dinero es para llevar adelante el proyecto.
El proyecto hasta puede ser considerado positivo, ya que pretenden asistir con la distribución de víveres, insumos e implementos agrícolas a 1.302 familias campesinas y 3.046 familias indígenas en los departamentos de Alto Paraná y Canindeyú.
El punto es que la Fundación Parque Tecnológico Itaipú (PTI) no fue creada para este propósito, el de distribuir semillas a campesinos e indígenas, sino específicamente para el desarrollo tecnológico y la investigación científica, tal como sucede en el lado brasileño.
Inicialmente, el ex director de la Itaipú Carlos Mateo Balmelli planteó dotar de fondos a la fundación para desarrollar un laboratorio de Planificación Eléctrica de la ANDE, además de otros proyectos como el Centro de Innovación de Automatización y Control y otros de Informática y Energías Renovables.
Pero desde que asumió Gustavo Codas la administración de la entidad dispuso la suspensión de varios proyectos e incluso despidió a técnicos y profesionales, como es el caso de Calixto Saguier, quien estuvo al frente del PTI, pero fue rajado por no adecuarse a la intención de desviar los fines de la fundación.
En el lado brasileño
El PTI del lado brasileño es considerado como lo más avanzado que existe a nivel regional, ya que tiene convenios con universidades para poder capacitar a jóvenes en las áreas de tecnología e investigación.
También se incuban empresas de consultoría y servicios de vanguardia, además se realizan estudios y evaluaciones de ingeniería para la Itaipú.
Mientras tanto, el PTI del lado paraguayo se ha convertido en una especial de la fundación Tesãi, que durante la administración de Víctor Bernal sus fondos fueron manejados en forma discrecional.
El presupuesto del PTI paraguayo es prácticamente absorbido en salarios y viáticos. Tal es el caso del Proyecto de Seguridad Alimentaria de comunidades campesinas e indígenas de Alto Paraná y Canindeyú.
La entidad destina US$ 3 millones para el proyecto, sin embargo, solo US$ 1 millón se usa para la compra de semillas, mientras que el resto, los US$ 2 millones, se invertirán para poner en marcha el proyecto que tendrá una duración de 12 meses.
El PTI tiene una gran facilidad para realizar gestiones, teniendo en cuenta que se trata de una ONG y por lo tanto no rinde cuentas.
Es por ello que la administración de Codas ha notado la flexibilidad que tiene el PTI para realizar convenios con Itaipú y por lo tanto encaró el proyecto de seguridad alimentaria que nada tiene que ver con los fines de la fundación y para lo cual destinó los US$ 3 millones.
Para la fiscalización del referido proyecto se contrataron nuevos fiscalizadores y no los que estaban trabajando en la fundación.
La compra de la semilla por valor de US$ 1 millón se realizó en forma directa, sin ningún tipo de concurso, y fue proveído por Arnulfo Fretes, sobre quien pesa denuncias y antecedentes en casos de contrabando de rollos, principalmente por el problema de la comercialización de las guías de traslado.
Fondos deben pasar por el Congreso
En abril de este año, Codas, por disposición del presidente Fernando Lugo, anunció que los denominados fondos sociales de la binacional deberán pasar por el Congreso, es decir, formarán parte del Presupuesto General de la Nación.
Sin embargo, han encontrado la manera de utilizar fondos sin ningún control y es a través de la fundación, que en todo caso también esos recursos deberían ser controlados o destinados a alguna secretaría social, considerando el rol que en estos momentos está desempeñando el PTI.
Esta práctica de la administración de Codas se compara con la gestión del ex titular de la entidad, el colorado Víctor Bernal, quien por órdenes del entonces presidente, Nicanor Duarte Frutos, utilizó en forma discrecional los fondos sociales, algo así como US$ 30 a 40 millones en forma anual.
Entre otras cosas, Bernal también ha llevado adelante proyectos relacionados a la distribución de semillas a los campesinos, tal como lo está haciendo el gobierno actual a través del PTI.
Según fuentes de la entidad, para el próximo año el PTI tiene previsto manejar un presupuesto de US$ 40 millones, monto que, a juzgar por el procedimiento actual, no pasará por el control del Congreso.
Nos comunicamos con Codas, pero nos dijo que se encontraba en una charla en São Paulo, Brasil, y que no podía hablar. Seguimos aguardando su versión.
El punto es que la Fundación Parque Tecnológico Itaipú (PTI) no fue creada para este propósito, el de distribuir semillas a campesinos e indígenas, sino específicamente para el desarrollo tecnológico y la investigación científica, tal como sucede en el lado brasileño.
Inicialmente, el ex director de la Itaipú Carlos Mateo Balmelli planteó dotar de fondos a la fundación para desarrollar un laboratorio de Planificación Eléctrica de la ANDE, además de otros proyectos como el Centro de Innovación de Automatización y Control y otros de Informática y Energías Renovables.
Pero desde que asumió Gustavo Codas la administración de la entidad dispuso la suspensión de varios proyectos e incluso despidió a técnicos y profesionales, como es el caso de Calixto Saguier, quien estuvo al frente del PTI, pero fue rajado por no adecuarse a la intención de desviar los fines de la fundación.
En el lado brasileño
El PTI del lado brasileño es considerado como lo más avanzado que existe a nivel regional, ya que tiene convenios con universidades para poder capacitar a jóvenes en las áreas de tecnología e investigación.
También se incuban empresas de consultoría y servicios de vanguardia, además se realizan estudios y evaluaciones de ingeniería para la Itaipú.
Mientras tanto, el PTI del lado paraguayo se ha convertido en una especial de la fundación Tesãi, que durante la administración de Víctor Bernal sus fondos fueron manejados en forma discrecional.
El presupuesto del PTI paraguayo es prácticamente absorbido en salarios y viáticos. Tal es el caso del Proyecto de Seguridad Alimentaria de comunidades campesinas e indígenas de Alto Paraná y Canindeyú.
La entidad destina US$ 3 millones para el proyecto, sin embargo, solo US$ 1 millón se usa para la compra de semillas, mientras que el resto, los US$ 2 millones, se invertirán para poner en marcha el proyecto que tendrá una duración de 12 meses.
El PTI tiene una gran facilidad para realizar gestiones, teniendo en cuenta que se trata de una ONG y por lo tanto no rinde cuentas.
Es por ello que la administración de Codas ha notado la flexibilidad que tiene el PTI para realizar convenios con Itaipú y por lo tanto encaró el proyecto de seguridad alimentaria que nada tiene que ver con los fines de la fundación y para lo cual destinó los US$ 3 millones.
Para la fiscalización del referido proyecto se contrataron nuevos fiscalizadores y no los que estaban trabajando en la fundación.
La compra de la semilla por valor de US$ 1 millón se realizó en forma directa, sin ningún tipo de concurso, y fue proveído por Arnulfo Fretes, sobre quien pesa denuncias y antecedentes en casos de contrabando de rollos, principalmente por el problema de la comercialización de las guías de traslado.
Fondos deben pasar por el Congreso
En abril de este año, Codas, por disposición del presidente Fernando Lugo, anunció que los denominados fondos sociales de la binacional deberán pasar por el Congreso, es decir, formarán parte del Presupuesto General de la Nación.
Sin embargo, han encontrado la manera de utilizar fondos sin ningún control y es a través de la fundación, que en todo caso también esos recursos deberían ser controlados o destinados a alguna secretaría social, considerando el rol que en estos momentos está desempeñando el PTI.
Esta práctica de la administración de Codas se compara con la gestión del ex titular de la entidad, el colorado Víctor Bernal, quien por órdenes del entonces presidente, Nicanor Duarte Frutos, utilizó en forma discrecional los fondos sociales, algo así como US$ 30 a 40 millones en forma anual.
Entre otras cosas, Bernal también ha llevado adelante proyectos relacionados a la distribución de semillas a los campesinos, tal como lo está haciendo el gobierno actual a través del PTI.
Según fuentes de la entidad, para el próximo año el PTI tiene previsto manejar un presupuesto de US$ 40 millones, monto que, a juzgar por el procedimiento actual, no pasará por el control del Congreso.
Nos comunicamos con Codas, pero nos dijo que se encontraba en una charla en São Paulo, Brasil, y que no podía hablar. Seguimos aguardando su versión.
Fuente ABC.Color
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