Por lo
menos un millón de votos nuevos podrían aportar los compatriotas residentes en
la capital argentina, que serán decisivos para tumbar a
la claque de políticos que se pegan como garrapatas a
sus bancas en las cámaras del Congreso. La maniobra es volver inocuo este
potencial de votantes críticos, imposibilitando la rapidez en el
empadronamiento de los compatriotas.
El referéndum será así saboteado por la clase
política, que le teme a este voto crítico, así como le tiene pavor al desbloqueo de las listas “sábana”.
Según Neike.com.py. El referéndum del 9 de
octubre tiene prácticamente asegurado el sí para el voto de los paraguayos en
el exterior. Pero lo que no está seguro es lo que vendrá después, ya que no
existe ningún interés de los políticos en avanzar en el siguiente paso que es
la inscripción en el padrón, debido a que se considera que una eventual avalancha de votos procedentes de Buenos
Aires podría cambiar radicalmente el tranquilo pasar de la claque de
politiqueros que se eterniza en el Parlamento.
Es que hay un dato estremecedor para los
políticos tipo Calé Galaverna, atornillados a sus bancas desde hace diez,
quince o más años: la cantidad de electores “concientes” de la Argentina. Se
calcula que, en realidad, no son 550.000 los paraguayos residentes en el vecino
país, como lo indica el último censo argentino, sino alrededor de 2.000.000, de
los cuales en la
Capital Federal y el Gran Buenos Aires serían unos 1.500.000,
la mayor parte de ellos en edad de sufragar y con documentación paraguaya
originaria.
Esta marea de votos podría resultar una marejada
fuerte que deje tumbados a un tendal de politiqueros acostumbrados a sus
cómodos pasares en las listas sábana de los partidos
representados en el Congreso, y que tienen su origen en la política criolla
beneficiaria de las prebendas (cargos públicos) o de la rentable actividad de
los punteros de barrio (seccionales coloradas, comités liberales o grupos de
izquierda).
Pese al tamaño enorme del desafío por venir, los
políticos admitieron sin embargo la enmienda constitucional para el voto en el
extranjero, pero pensando seguramente en poner un palo en la rueda del proceso,
echando mano seguramente a la dificultad que habrá para poner en práctica el
empadronamiento de los compatriotas, principalmente en Buenos Aires, donde el
consulado paraguayo no cuenta con la más mínima infraestructura en sus oficinas como para realizar dicha labor.
El edificio del consulado paraguayo no está de
ningún modo a la altura de la importancia de la colectividad, y menos aún se
halla preparado para la tarea de inscripción, reconocen los propios
funcionarios de la oficina ubicada en la calle Viamonte al 1800 de la Capital Federal
argentina.
De allí que no haya la plena seguridad de que
todos los paraguayos residentes en la capital argentina y sus alrededores que
quieran votar en las generales de 2013 puedan hacerlo, ya que la inscripción hasta
diciembre de 2011 sería insuficiente para tal fin, a menos que se dé la mayor
prioridad a esta tarea, lo que no estaría en la agenda de los políticos. Por el
contrario, la intención es poner las máximas trabas posibles, porque no se
quiere muchos votantes que se hallen “fuera de control” de la política doméstica.
El problema para los políticos es el siguiente:
surgirá fuerte competencia para ellos mismos, en el sentido de que si pueden
votar, los connacionales en el exterior también podrán candidatarse, creando
movimientos o hasta partidos propios.
También estarán en condiciones de participar como candidatos de los partidos tradicionales,
atendiendo al peso de sus votos propios, desplazando de paso a los que se
llenan de polvo por el paso de largos años en las listas sábana.
Si se recuerda que el Partido
Colorado puede tener 700.000 votos cautivos en todo el país, y el Partido
Liberal Radical Auténtico 400.000 votos, fácilmente los votos paraguayos en
Buenos Aires pueden llegar también a la altura de los votos acumulados por los
dos partidos, es decir 1.100.000 votos, al menos según los promedios de las
últimas consultas populares.
Pero todo depende de la campaña de inscripción en
el padrón, por parte del Tribunal Superior de Justicia Electoral, que se halla
precisamente dominado por la mafia política criolla.
En el acto que tuvo lugar por el 11 de setiembre
en La Plata,
Argentina, en el aniversario del Partido Colorado, la
presencia de Horacio Cartes motivó una participación importante de republicanos
residentes en Buenos Aires. Pero la actuación como maestro de ceremonia de Juan
Carlos “Calé” Galaverna no fue muy bien recibida por los presentes, a quienes
no cayó en gracia el personaje “eterno” del Senado, ni siquiera cuando ensayó
algunos vozarrones críticos hacia Fernando Lugo.
Personajes como Galaverna ya no tendrían cabida
en una votación popular sin listas sábana (de ahí el rechazo del Partido
Colorado y de otros políticos a este proyecto), pero
aún con listas cerradas también serían irradiados del ámbito legislativo en el
caso de una avalancha de votos críticos en Buenos Aires y en otros
conglomerados importantes de paraguayos residentes en el exterior como Nueva
York, Estados Unidos, o Madrid, España.
Por todo esto, a los políticos les conviene mucho
más la lentitud en la inscripción o no organizar bien el empadronamiento de los
compatriotas, ya que, de este modo, habrá mucho menos posibilidad de una
avalancha, indeseable para ellos, de votos concientes que rompan de una buena
vez la eternización de “Calé” y otros en las bancas legislativas, dándose así oportunidad
a otros paraguayos de ejercer la relevante y patriótica tarea de hacer leyes
para la República