Las declaraciones de Mauricio Macri, acerca de la situación del Parque Indoamericano, donde el ciudadano paraguayo Bernardo Salgueiro perdió la vida y la culpabilización a los inmigrantes de países limítrofes, cargó contra una inmigración descontrolada, combinada con narcotráfico y mafia.
Por Domingo Cabañas
Lo que tenemos que cortar, de raíz, es la xenofobia de Macri, que pretenden colocar a los inmigrantes causando un problema que sólo han provocado sus propias políticas o mejor dicho, la inexistencia de las políticas de vivienda en la ciudad.
Hay una ley democrática, que garantiza todos los derechos fundamentales a todos los habitantes del país y no sólo a todos los argentinos. Miles de niños con problemas de documentación ingresaron al sistema de educación pública por esa razón, del mismo modo en que todos deben ser atendidos en los hospitales públicos sin importar su nacionalidad.
Según cifras oficiales, la Argentina es el primer país de América del Sur en cantidad de inmigrantes. Un censo realizado por el gobierno de la ciudad da cuenta de que en la villa 31 de Retiro el 65 por ciento de sus habitantes son extranjeros. Allí, el 51% son paraguayos. En la villa 31 bis, en tanto, que se montó en los últimos ocho años, la población foránea asciende al 85 por ciento.
Un estudio de especialistas de la Universidad Nacional del Córdoba, los extranjeros dejan pasar por alto la discriminación. Dicen que es por miedo a perder el trabajo y no poder insertarse entre los argentinos. De 900 presentaciones que recibe el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), sólo el 14 por ciento son por causas de etnicidad. Si bien el problema de la discriminación alcanza a todos los estratos sociales y apunta contra la diferencia sexual, física y étnica.
La investigación denominada Multiculturalismo, migraciones y desigualdad en América Latina, ejecutada en el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la UNC apuntó en especial al caso de los inmigrantes de países limítrofes, particularmente de Paraguay, que en Buenos Aires constituyen uno de los sectores más afectados por conductas discriminatorias.
Para eso estudiaron casos de representantes de la comunidad que se desempeñan en la construcción, los que remarcan que esas conductas provienen de sus propios compañeros y las adjudican al rencor que genera su férrea actitud hacia el trabajo.
Hay que recordar un hecho histórico que se necesita reparar en el año del bicentenario de la Argentina, que habla sobre el 11 de Junio de 1580, Juan de Garay, al mando de una expedición procedente de Asunción del Paraguay, realizó la Segunda Fundación de Buenos Aires, acompañados por 66 mancebos paraguayos, 1.500 indios guaraníes, una mujer llamada Ana Díaz, juntos a animales vacunos, caballos, ovinos y aves de granja.
Es por eso que el paraguayo en Buenos Aires no es inmigrante, es colonizador. En el siglo XVI hasta el siglo XVII, en Buenos Aires se hablaba el idioma Español y Guaraní, las costumbre, tradiciones, el folklores era todo descendiente paraguayo. Después fue adsorbida por la cultura española y los inmigrantes europeos que poblaron Buenos Aires.
Repudio a las expresiones de xenofobia del Jefe de Gobierno, las cuales generan un clima de tensión en contra de la comunidad paraguaya, estigmatizando a quienes, como en este caso, aportan al desarrollo y economía de este país que los acoge con una ley migratoria respetuosa de los derechos humanos. Exigimos el esclarecimiento del caso y la sanción de los responsables de la muerte del ciudadano paraguayo. Remarcamos que los paraguayos que residen en el país "trabajan, producen y ayudan al desarrollo de la Argentina.
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