La ocupación de los complejos del Alemán y de la Villa Cruzeiro de Río Janeiro dejó en jaque a la mayor facción criminal de la ciudad brasileña. Así también, los trabajos develaron la actividad de los narcotraficantes de ese país en suelo paraguayo.
“El movimiento que puede llevar a un jaque mate depende del Gobierno Federal y debe ser hecho a unos 1.614 kilómetros del Estado, en la frontera con Paraguay”, señala el blog del reconocido periodista brasileño Ricardo Noblat, de O Globo.
Según el post, en Paraguay, un consorcio de traficantes cariocas y paulistas domina el 70% de las áreas de plantío de marihuana en Capitán Bado y Pedro Juan Caballero, ciudades en la frontera con Mato Grosso do Sul. Un negocio millonario que tiene al frente al traficante Marcelo Da Silva Leandro, o Marcelinho Niterói.
El dominio de las áreas de plantación garantiza lucros astronómicos en ambas facciones criminales.
“Para tener una idea de las cifras, un kilo de la droga en Paraguay es comprado por valores que varían de R$ 15 a 30. En Río, el kilo de la droga varía entre R$ 1.000 a R$ 1.500, garantizando un margen de lucro superior a 3.000%”, escribe el periodista brasileño.
La promotora Jiskia Trentin, del Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado (Gaeco) de Mato Grosso del Sul, estima en US$ 20 millones (R$ 34 millones) la cifra movida mensualmente por el tráfico de marihuana en la frontera.
Las zonas de plantación de droga ocupan unas seis mil hectáreas, aproximadamente 64,8 mil metros cuadrados o seis mil campos de fútbol. El número consta en el informe mundial sobre drogas 2010 de la Organización de Naciones Unidas y fue estimado en 2008 por la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
Juntas, las facciones carioca y paulista dominan las regiones, donde están concentradas 4,2 mil hectáreas –48,6 mil metros cuadrados de tierras– usadas en el cultivo de Cannabis Sativa.
La ciudad paraguaya de Capitán Bado figura como principal reducto de la banda. Fuente abc.color
Según el post, en Paraguay, un consorcio de traficantes cariocas y paulistas domina el 70% de las áreas de plantío de marihuana en Capitán Bado y Pedro Juan Caballero, ciudades en la frontera con Mato Grosso do Sul. Un negocio millonario que tiene al frente al traficante Marcelo Da Silva Leandro, o Marcelinho Niterói.
El dominio de las áreas de plantación garantiza lucros astronómicos en ambas facciones criminales.
“Para tener una idea de las cifras, un kilo de la droga en Paraguay es comprado por valores que varían de R$ 15 a 30. En Río, el kilo de la droga varía entre R$ 1.000 a R$ 1.500, garantizando un margen de lucro superior a 3.000%”, escribe el periodista brasileño.
La promotora Jiskia Trentin, del Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado (Gaeco) de Mato Grosso del Sul, estima en US$ 20 millones (R$ 34 millones) la cifra movida mensualmente por el tráfico de marihuana en la frontera.
Las zonas de plantación de droga ocupan unas seis mil hectáreas, aproximadamente 64,8 mil metros cuadrados o seis mil campos de fútbol. El número consta en el informe mundial sobre drogas 2010 de la Organización de Naciones Unidas y fue estimado en 2008 por la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
Juntas, las facciones carioca y paulista dominan las regiones, donde están concentradas 4,2 mil hectáreas –48,6 mil metros cuadrados de tierras– usadas en el cultivo de Cannabis Sativa.
La ciudad paraguaya de Capitán Bado figura como principal reducto de la banda. Fuente abc.color
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