El
Partido de los Trabajadores se pronunció en un comunicado respecto a los
últimos acontecimientos generados por el Ejército Paraguayo del Pueblo, “la
ejecución de cinco personas a manos del elusivo EPP, abrió un periodo de
histeria política por parte de las clases propietarias y de los partidos que
responden a los intereses de las minorías ricas que llevó, en un abrir y cerrar
de ojos, a que se tomaran medidas agudamente autoritarias. Los muertos eran
matones versión confirmada por el mismísimo Magdaleno Silva que del submundo de
las minorías ricas sabe mucho entre los que se encontraba un oficial de policía
que los lideraba desde su Empresa de Seguridad.
Para el Partido de los Trabajadores de
Paraguay afirmó que “las acciones del EPP porque
no sirven para los fines de un cambio radical que el pueblo trabajador necesita
de forma urgente, sino que sirven para fortalecer de conjunto el aparato
represivo y la absolución política momentánea por lo menos a las probables atrocidades represivas”.
En medio de una excitación política
convulsiva, esos partidos aprovecharon para “dar poderes” discrecionales a
Cartes, que los estaba pidiendo, y ya empezó a usarlos, abriéndose así, a nivel
del régimen político, un periodo signado por aciagos augurios”.
Así también, aseguran que “el presente
momento político está caracterizado por la aprensión y el miedo introducido en
la población por los propagandistas de la burguesía y por la cobertura legal
para la represión y el fortalecimiento de las condiciones represivas.
Esta situación es sin duda alguna, de
total corresponsabilidad del EPP, ya que con sus acciones y su estrategia
foquista, les sirve en bandeja a la burguesía y a las minorías ricas, la
justificación política para todo tipo de desmanes represivos contra el
movimiento popular de conjunto.
Estamos en contra de las acciones como
las que ejecuta el EPP, y no precisamente porque los matones de la Estancia
Matelarangeira no tendrían que ser castigados como corresponde por los actos
criminales que se les sospecha y acusa, sino porque los actos del EPP se
vuelcan, en primera y última instancia, contra el pueblo trabajador del campo y
la ciudad”.
El PT condena “las acciones del EPP
porque no sirven para los fines de un cambio radical que el pueblo trabajador
necesita de forma urgente, sino que sirven para fortalecer de conjunto el
aparato represivo y la absolución política momentánea por lo menos- a las
probables atrocidades represivas por parte de la burguesía y la oligarquía.
En el fondo, bajo el espoleo cínico de
las derechas, las acciones del EPP facilitan y provocan la asfixia política de
las dirigencias sociales y políticas de izquierda del campo y la ciudad
alejándolas del movimiento del pueblo en general. En el mediano y largo plazo
esta situación es fatal para el futuro de un proceso de cambios populares
genuinos.
Es decir, las acciones del EPP, lejos de
ayudar al mejor posicionamiento y desarrollo de los intereses y proyectos
políticos del pueblo, favorecen la agudización de los ataques, y, peor
aún, preparan duras derrotas”.
En otra, parte del comunicado
cuestionan, “¿Por qué tanta histeria en las clases propietarias en este
momento? ¿Acaso está a punto de quebrarse su Estado o acaso está a punto de
caerse su gobierno con el recién inaugurado Cartes? Nada de eso. Absolutamente.
Les conviene crear este halo
catastrofista y apocalíptico para lograr atraer y adherir a sus proyectos a
sectores enteros del pueblo y de sectores medios, aterrorizándolos con el
inminente peligro de los criminales insurgentes. Aprovechan, las derechas, para
quebrar la confianza o alejar a sectores enteros del pueblo sencillo de la
izquierda socialista.
Es decir, utilizan a fondo para sus
propios fines y proyectos al EPP y sus aislados actos. Aunque hay un aspecto
que no puede obviarse y es que si hay algo que la burguesía y el imperialismo
no pueden tolerar ni un solo segundo, es que haya sectores armados fuera de su
“control” o fuera de su comando”.
Aclaran que “el hecho de que el PT se
declare en completa oposición a la estrategia foquista del EPP y no tengamos
ninguna solidaridad con sus acciones, inentendibles en su mayoría, no significa
ni por un momento que nos pongamos en la vereda de los explotadores y
expoliadores, de los opresores, de los que viven del sudor de millones de
trabajadores y trabajadoras.
La burguesía, la oligarquía y el
imperialismo que les acuna y les propicia, son enemigos declarados aunque
encubiertos del pueblo trabajador del campo y la ciudad, por lo tanto, estamos
en la vereda de enfrente”.
Instan “al pueblo en general, a los
trabajadores y las trabajadoras, a no dejarse engañar por la burguesía y sus
propagandistas, ni dejarse desmoralizar o aislar por el EPP y sus acciones”.
Así también, “a seguir organizados y a fortalecer nuestras organizaciones.
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