Cabe destacar que el Gral. Manuel Cabañas dirigió la Batalla de Cerro Porteño y Tacuary, antes las tropas invasoras de Belgrano, estas mismas batallas despertó la conciencia nacional. Sirvió para demostrar a españoles y porteños la fidelidad de los paraguayos a la causa de la Patria , que sembró la semilla de la Independencia del Paraguay.
Por Domingo Cabañas
En 1810 llegó a Buenos Aires la noticia de que España había sido ocupada por tropas francesas de Napoleón Bonaparte. Los patriotas argentinos prepararon el movimiento revolucionario. En Buenos Aires se reunieron en un Cabildo Abierto y establecieron la Primera Junta (25 de mayo de 1810) con el objetivo de formar un congreso de todas las provincias del Virreinato del Río de La Plata , es la Revolución de Mayo.
En 1810, debido a la Primera Junta independiente de Buenos Aires, el gobernador realista de Asunción, Bernardo de Velasco remitió a Buenos Aires una nota comunicando la separación de la Provincia del Paraguay del Virreinato del Río de La Plata , Velasco y sus adictos formaron una junta el 24 de junio de 1810, junta que reiteró su fidelidad a la monarquía española de Fernando VII.
La Batalla de Tacuary (9 de marzo de 1811) fue un combate ocurrido en el sur del Paraguay, entre fuerzas revolucionarias, al mando de Manuel Belgrano, miembro de la Primera Junta argentina de Gobierno, y las tropas paraguayas del General Manuel Atanasio Cabañas, en esa época al servicio de los realistas.
Al mando de la campaña al Paraguay fue puesto Manuel Belgrano, miembro de la Junta que llevaba apenas 700 hombres, la mitad de ellos sin experiencia militar. No obstante, la prudente estrategia de Velasco lo llevó hasta Paraguarí, cerca de Asunción, donde logró derrotarlo con relativa facilidad.
Obligado a retroceder, Belgrano se dirigió hasta el río Tebicuary, donde se le unieron 400 hombres de las milicias guaraníes de Yapeyú y algunas compañías del Regimiento de Caballería de la Patria (ex Blandengues). Según anota en sus Memorias, los paraguayos no lo persiguieron, y así pudo continuar su retirada hasta el poblado de Santa Rosa.
Los paraguayos avanzaron detrás de Belgrano, esperando que éste se retirara sin combatir después del desastre sufrido en Paraguarí. La vanguardia estaba al mando de Fulgencio Yegros y el grueso de las tropas al mando del General Manuel Cabañas, sumando en total unos 2.000 hombres, a los cuales se sumó un refuerzo de tres piezas de artillería y 400 soldados más.
El 8 de marzo se terminó de construir un puente sobre el río y comenzaron a pasar las tropas paraguayas. El 9 de marzo, los paraguayos atacaron de frente la posición de las fuerzas de Belgrano. Éste se hizo fuerte detrás del río Tacuary, obligando a las fuerzas de Cabañas a salvar el río bajo fuego enemigo. Pero Cabañas dejó sólo una parte de sus fuerzas, incluida toda la artillería, en esa posición, y avanzó por una picada a través de la selva.
Mientras los paraguayos reorganizaban sus filas para el asalto final, Belgrano aprovechó aquella pausa para enviar como emisario a José Alberto Cálcena y Echeverría; este llegó con una bandera blanca y pidió una tregua. Considerando la decidida acción del General Cabañas intimó rendición, pero Belgrano la rechazó y procedió a concentrar sus escasas fuerzas en una loma cercana, que desde entonces fue conocida como Cerro Porteños, donde instaló los dos pequeños cañones que le quedaban.
Acorralados, ante la mayor cantidad de soldados paraguayos, y varias bajas del Ejercito Argentino, cae prisionero el General Belgrano, el General Cabañas le apunta con un revolver en la cabeza, y le perdona la vida, y lo condicionó a que en el perentorio término de un día abandonara el Paraguay.
Fue entonces que el General Belgrano redactó e hizo llegar al General Cabañas las bases para un tratado de paz entre Asunción y Buenos Aires que incluían la liberación del comercio entre las dos capitales, la formación de una junta de gobierno en Asunción la que una vez formada esa junta enviaría un diputado a la Junta de Gobierno de Buenos Aires, acuerdo que se traduciría en el Tratado confederal entre las juntas de Asunción y Buenos Aires del año1811.
La guerra porteña despertó la conciencia nacional. Sirvió para demostrar a españoles y porteños la fidelidad de los paraguayos a la causa de la Patria. Eso mismo lo expresó Velasco en carta al virrey Cisneros, al día siguiente de la victoria de Tacuary: “Como si un rayo hubiera herido los corazones de estos incomparables provincianos, señaló el gobernador, me hallé a los dos días de haberse circulado los avisos con más de 6.000 hombres, prontos a derramar la última gota de sangre antes de rendirse”.
Sin detenernos en los prolegómenos de la revolución del 14 y 15 de mayo de 1811, conviene destacar que la misma resultó ser el corolario de una conspiración gestada en las carpas de la oficialidad paraguaya, triunfadora como queda dicho, en Cerro Porteño y Tacuary.
Sin detenernos en los prolegómenos de la revolución del 14 y 15 de mayo de 1811, conviene destacar que la misma resultó ser el corolario de una conspiración gestada en las carpas de la oficialidad paraguaya, triunfadora como queda dicho, en Cerro Porteño y Tacuary.
En la actualidad. El Senado del Paraguay en su sesión del 5 de mayo de 2011, resolvió en plenaria declararlo Prócer de la Independencia Nacional al General Manuel Atanasio Cabañas. Vaya esto en memoria de mi tártara abuelo.
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