Una minuciosa investigación desarrollada en los Archivos Nacionales Británicos permitió hallar documentos que el citado diplomático paraguayo Cándido Bareiro desarrolló en Londres durante la guerra de la Triple Alianza. En las mismas se evidencia la ingerencia británica en el citado conflicto.
Uno de los capítulos menos conocidos de la Guerra de la Triple Alianza es aquel que describe la actividad de los diplomáticos paraguayos en los grandes centros imperiales europeos durante el desarrollo de la conflagración.
Una de las personalidades más importantes de la diplomacia paraguaya de entonces fue Cándido Bareiro, Embajador-Encargado de Negocios ante los Gobiernos de Gran Bretaña y Francia en los mismos inicios del conflicto hasta 1868, época en que retornó a la patria vía Argentina, envolviéndose luego muy profundamente en el juego político de la posguerra encabezando el grupo de los "Lopistas".
La posición del Gobierno inglés
Bareiro, quien fue Presidente de la República hasta su temprana muerte en 1880, fue un hombre de vasta formación, influido por figuras como Juan Bautista Alberdi, y representaba claramente la orientación liberal progresista del entorno político de Solano López. Su figura, sin embargo, fue atacada desde varios ángulos por contrincantes políticos y algunos historiadores, quienes sin ninguna base documental seria lo acusaron de contribuir a la derrota paraguaya.
Dormidos en los vastos anaqueles de los Archivos Nacionales Británicos, en su Sección FO (Foreign Office), se encuentran, sin embargo, documentos que demuestran la encomiable y patriótica labor diplomática de Don Cándido en esa etapa tan crucial de la historia nacional.
El valor de dichas cartas, intercambiadas con dos ministros de Relaciones Exteriores británicos, Lord Russell y Lord Clarendon, tienen, sin embargo, una significación aun mayor que limpiar el nombre de Don Cándido, pues demuestran, a través del texto, la verdadera posición del Gobierno inglés desde los mismos inicios de la guerra.
En efecto, de las largas cartas manuscritas del diplomático paraguayo, todas traducidas al inglés, se aprecia la existencia de una preocupación capital, y ésta se refería a la continua violación de la "neutralidad" asumida por el Gobierno británico. La colección más ilustrativa, en ese sentido, es la reunida en el bibliorato Paraguay - Domestic - M. Bareiro and Various - January to December 1865.
Entre dichas comunicaciones, las más reveladoras son aquellas que se refieren al envío de armas y pertrechos a las tropas aliadas desde el puerto de Amberes, en Bélgica, y la participación de buques británicos en el transporte de tropas aliadas por el río Paraná, hechos que se produjeron entre mayo y junio de 1865, volviéndose luego una rutina, junto con la aportación de créditos financieros y servicios técnicos que ayudaron a reforzar grandemente las fuerzas aliadas, hasta el punto que se puede hablar, sin duda alguna, de una "Cuádruple Alianza".
Refutación a historiadores
Las misivas en cuestión ayudan, con otros documentos, a refutar categóricamente las afirmaciones de algunos autores como Thomas Whigham y Francisco Doratioto, quienes repiten el esquema inaugurado por Nick Tate sobre la supuesta falta de beligerancia y hasta indiferencia inglesa en cuanto a la conflagración.
Veamos, a modo de ejemplo, la carta de Cándido Bareiro escrita en París, el 31 de mayo de 1865, dirigida al Conde Russell, Principal Secretario de Estado de Gran Bretaña, en la que se expresa suma preocupación por el hecho de que un buque denominado Cesar, de bandera belga, partió del puerto de Amberes con un cargamento de armas y pertrechos con destino al Brasil.
El diplomático paraguayo recuerda al Ministro británico una carta anterior sobre el mismo tema "que tuve el honor de someter a V.E"... y considerando la falta de acción de ese Gobierno, habla de "disminuir los estímulos y auxilios indirectos que pueden enardecer la guerra".
La misiva de Bareiro es acompañada de una lista completa de Cargo, incluidos fabricación y origen. Todo este trafico, que fue aumentando en el proceso del conflicto, era realizado con la total autorización del Gobierno inglés, pese a las varias comunicaciones de la diplomacia paraguaya.
En otra carta del mismo año, con fecha noviembre 18, dirigida esta vez al Conde Clarendon, sucesor de Russell como Ministro de Estado, luego de una extensa consideración de la situación en el frente de batalla y de los esfuerzos del Gobierno paraguayo para hacer respetar la vida y los intereses de los súbditos británicos en el teatro de operaciones, expone Bareiro otras varias pruebas de la falta de ecuanimidad británica.
Uno de estos hechos es el reportado por el vocero Ge Estándar and River Plate News, del 8 de junio de 1865, en el cual se expone la utilización de buques con bandera británica para el transporte de tropas y armas aliadas, ante la total complacencia de las autoridades británicas.
En este caso Bareiro habla de la necesidad de "no falsear su posición de neutrales", y por lo contrario inducir a los bloqueadores del Paraguay a respetar los derechos de los beligerantes. Vuelve el diplomático paraguayo a explicar la posición del país, en el sentido de su objetivo de crear relaciones directas con los países europeos, deseo que sus enemigos se empeñan en impedirlo.
Naturalmente, ni ésta ni otra serie de comunicaciones fueron oídas por el Gobierno británico de entonces y, en vez de la benévola acogida esperada por Bareiro, lo que se mantuvo en todo el proceso de la conflagración fue un silencio cómplice, que ocultaba el constante reforzamiento bélico y financiero de las tropas aliadas por parte de la potencia europea.